La excursión por el lago titicaca promete. Gracias a la recomendación de nuestra amiga Isa (un beso muy fuerte desde aquí y millones de gracias), nos embarcamos en una aventura de dos días, recorriendo este ancestral lago y visitando varias islas de la parte peruana.
Como no, el día empezó madrugando un poquito. No mucho porque los barcos salen a las 8 y media y la furgo te recoge del hotel a las 7:45, asi que incluso pudimos dormir algo mas de lo habitual. Embarcados ya en una lancha de las que llaman “rapidas” (no quiero ni saber como son las lentas) fuimos saliendo de la bahía natural de puno a dos por hora.
Yo creo que nadando hubieramos ido mas rapidos. A la salida de esa bahia hay unas formaciones de una planta acuatica que se llama totora y un pueblo pre-Inca que son los Uros y que viven literalmente de ella y por ella. Cuando llegaron los incas e intentaron conquistarlos, este pueblo se echó al agua y construyo islas flotantes para salvarse de los conquistadores. Hoy en día siguen viviendo alli ( o asi nos lo hicieron creer).
Al parecer de la planta obtienen casi todos los recursos que necesitan. El tallo se pela y es comestible aunque ligeramente laxante, y ademas tiene fluor por lo que les sirve para lavarse los dientes. Con las raices, que forman bloques densos de entramados flotantes, cuando hay marea alta esos bloques flotan en superficie y ellos cortan los metros cuadrados que necesitan y lo atan a su isla para ampliar el perimetro, formando un nuevo espacio en la isla. Encima echan los tallos de la totora precisamente secados en distintas direcciones y asi voila! Isla construida. Ademas sus casas tambien estan echas de los tallos de la totora y hasta la cama.
Muy curioso, pero mi natural descreido me hace pensar que es todo un decorado en el que trabajan unos actores a diario para los turistas y que cuando llega el frio de la noche, ellos vuelven a sus casas en puno, donde les espera la TV de 52 pulgadas y el sofa con la manta calentita.
Eso si, el trabajo es excelente, las casas son perfectamernte habitables y hasta tienen embarcaciones hechas con el mismo material y perfectamente navegables para 30 personas.
Cuando ya consideraron que habiamos gastado suficientes soles en souvenirs y demas compras continuamos viaje hasta la isla de Amantani.
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